12 de noviembre de 2010

La Galleta

Era irresistible. Aquel olor era suave, fresco y simplemente delicioso. La galleta imploraba desde la bandeja que alguien la comiera. El niño veía la galleta, con ojos de deseo.
Su madre había sido muy clara:
-No te comas ni una sola galleta. Ahora vuelvo.
Una mosca se paseaba por allí.
-Se ven deliciosas, ¿verdad?
-Por supuesto. Quisiera comerme una.
-¿Y por qué no lo haces?
-Mi mamá me dijo que no.
-¿Y en verdad le crees? Es sólo una trampa, para que ella se pueda comer todas las galletas sin darte a ti.
-No es cierto- el pequeño dudó.
-No puedes estar seguro. ¿Por qué no tomas una? Es deliciosa.
El niño se acercó. Vio aquellos suaves y a la vez ásperos bordes. No podía ser más hermoso. Tomó la galleta.
Lo único que pudo hacer es gritar mientras soltaba la galleta. Se quemó. La mosca ya no estaba.

Moraleja
Hacer caso a malos consejos trae malas consecuencias.

1 comentario:

Silent dijo...

xD! Creo que no debe darme risa, pero no pude evitarlo ._. Veré las galletas de otra forma ahora. =) Saludos